lunes, 24 de enero de 2011

LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA - (II)


1933 ELECCIONES PARLAMENTARIAS

El PSOE, que con anterioridad había formado gobierno con los republicanos de izquierdas, ante la nueva cita electoral optó por ir en solitario. En el socialismo español existían tres tendencias diferenciadas, pues mientras que la representada por Julián Basteiro era más moderada y la de Indalecio Prieto no optaba por enfrentarse al capitalismo de una forma radical, la que encabezaba Largo Caballero, “el Lenin Español”, sí creía que era el momento propicio para la implantación de un sistema marxista enfrentado al capitalismo al que había que exterminar. De esta forma, la izquierda se presentaba a las elecciones dividida, mientras que la derecha lo hacía más unida manteniéndose a la cabeza la CEDA, la Confederación de Derechas Autónomas y el Partido Radical de Alejandro Lerroux de centro derecha.

En estas elecciones acudieron a las urnas por vez primera las mujeres, que ya lo habían hecho en las elecciones catalanas. Hubo una fuerte abstención, especialmente propugnada por los anarquistas que tenían un gran arraigo en gran parte del territorio español, especialmente en Barcelona.

Celebradas las elecciones, la CEDA fue el partido vencedor y en segundo lugar el Partido Radical. El Presidente de la República optó por el Partido Radical a que formara gobierno, sin acceder al mismo nadie de la CEDA, que pese a ello, le dio su apoyo parlamentario.

Hubo un debate en cuanto a lo que había representado el voto de la mujer en el resultado electoral, al que se le otorgó un carácter conservador y decisivo en el resultado.

Hay que considerar que en aquellos años y en Europa especialmente, era en Italia y en Alemania donde el fascismo, que había llegado al poder producto de unas elecciones, fue, sin embargo, eliminando toda oposición parlamentaria e implantando un sistema de partido único, dando con ello fin al sistema democrático. En España, la izquierda, estaba convencida de que Gil Robles, para ellos el líder del fascismo español, una vez en sus manos el poder, llegaría a los mismos fines, por lo que no quería de ninguna manera que ni siquiera formara parte del Gobierno. Y aunque no había ningún motivo que justificara este temor, así al menos lo predicaba a sus masas.

La situación se mantiene por un tiempo estable, pero la CEDA, en uso a su derecho democrático, deseaba formar parte del Gobierno. Cosa que logró cuando en Octubre y en un cambio de gabinete ministerial, tres de sus miembros ocuparon carteras de poca entidad.

Esto soliviantó a las izquierdas y se produjeron fuertes enfrentamientos que dieron origen a la Revolución de Asturias y a que LLuis Campanys proclamara el 16 de Octubre el Estat Catala, mientras que en el resto de España los actos revolucionarios tuvieron menor entidad.

Durante el periodo conservador de finales de 1933 a 1936, se paralizaron las reformas iniciadas en el bienio reformista de los socialistas y republicanos en el poder. Se anuló el estatuto de Cataluña con mayor razón por su acto independentista fuera de la Constitución, la reforma agraria se paralizó, y las relaciones con la Iglesias fueron retomándose. En estos dos años se produjeron seis cambios de gobierno, y en ellos, la CEDA, iba aumentando su número de ministros, tal y como le correspondía por el resultado electoral.

1934 - REVOLUCIÓN DE OCTUBRE

La razón que adujeron los izquierdistas para la Revolución fue la llegada al Gobierno de tres ministros de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) a pesar que tenían derecho a ello debido al resultado de las elecciones, cuando la realidad obedecía más al deseo de alcanzar la revolución proletaria.

El Gobierno declaró estado de guerra en toda España, pues se crearon movimientos revolucionarios en toda la península, aunque solo tuvieron importancia en Cataluña y Asturias.

El 16 de octubre de 1934, considerando en peligro la estabilidad de la República y la autonomía de Cataluña, el Presidente Lluís Companys se enfrentó de forma beligerante al Gobierno central, proclamando el Estado Catalán dentro de la República Federal Española. El movimiento independentista que no tuvo el respaldo de los anarquistas catalanes de gran implantación estos en Barcelona, fue aplastado por el General Batet al día siguiente de la proclamación, lo que llevó a la suspensión del Estatuto de Autonomía, siendo encarcelados y condenados a largas penas tanto el Gobierno de Cataluña como numerosos ciudadanos, revestidos o no de autoridad. Fue nombrado Gobernador el General Villalonga.

Sin embargo, y al mismo tiempo, la Revolución triunfó en Asturias, en donde tuvo una vigencia de sólo quince días. Fue Indalecio Prieto el que se había encargado de conseguir las armas necesarias para la sublevación, estando a punto de ser detenido en el instante del desembarco de armas desde el buque Turquesa en San Esteban de Pravia, en la costa asturiana. El Gobierno dio plenos poderes a Francisco Franco, Gobernador Militar de Baleares, quien mandó tropas de África para dominar la situación. Unos 3.000 muertos y más de 30.000 encarcelados fue el resultado final de la Revolución. Gil Robles nombró a Franco Jefe del Estado Mayor Central.

Los socialistas, al ver el resultado final, quisieron eludir su responsabilidad en los hechos de bandidaje y saqueos a bancos, lo que aprovecharon los comunistas para erigirse en promotores de la revolución, especialmente en la persona de “La Pasionaria”, personaje que irrumpió en la vida política con fuertes soflamas. No obstante, los diputados socialistas fueron detenidos y encarcelados por su implicación en los hechos.

NOVIEMBRE 1935: EL ESTRAPERLO

Estallaron los casos de estraperlo y Tayá que sirvieron para desprestigiar al Gobierno de Lerroux, a quien acusaron de aceptar sobornos para la autorización de la ruleta en los casinos de juego. El caso, de muy pequeña entidad pues la recompensa fue el regalo de un par de relojes de oro, tuvo una gran resonancia.

El Presidente de la República, en lugar de pedir a Gil Robles que formara Gobierno, toda vez que no se había involucrado en este caso de prevaricación y aún quedaban dos años de legislatura, optó por disolver las Cortes y anunciar nuevas elecciones parlamentarias.

FEBRERO 1936 – TRIUNFO DEL FRENTE POPULAR

A estas elecciones la izquierda se presentó muy unida como Frente Popular, mientras la derecha, con el Partido Radical muy tocado por el asunto del “Estraperlo”, no lo estaba tanto.

Las elecciones fueron poco limpias, pues en muchas ciudades al no alcanzar las minorías el 25% para conseguir escaños, eran necesarias nuevas elecciones. Se falsificaron las actas y de esta forma se les adjudicaron los escaños. El resultado fue, que con una victoria muy ceñida del Frente Popular, consiguió una gran diferencia de escaños.

El nuevo gobierno sacó de la cárcel a todos los detenidos por su participación en la Revolución de Asturias y mandó al destierro a los militares más importantes. Dio luz verde al Estatuto Catalán y se trazaron los objetivos del bienio reformista, aunque la situación era ya muy distinta.

En el mes de Abril destituyeron al Presidente de la República Niceto Alcalá- Zamora, Catedrático, propietario de tierras, que iba a Misa y líder de Derecha Republicana. Fue entonces cuando nombraron a Manuel Azaña como Presidente, cargo que ostentaría hasta febrero de 1939.

Se asistió a unos meses en los que la calle era campo de enfrentamientos entre las posiciones más extremas, como eran la Falange, los anarquistas y los comunistas, sin que el Gobierno del Frente Popular dominara la situación.


El asesinato de Calvo Sotelo, jefe de la oposición en el Parlamento por la Guardia de Asalto, fue el detonante e inicio de una Guerra Civil que iba a durar tres largos años y que supuso la derrota del bando republicano profundamente fragmentado por sus luchas internas, frente a la unidad imperante en los sublevados que facilitó su victoria.